Es bastante conocido el daño que causa el tabaquismo en el sistema respiratorio, sin embargo, no ha sido tan difundida su relación con las enfermedades digestivas. Ante ello, esta nota te dará más razones para dejar de fumar o no adquirir el hábito.
El principal problema del tabaquismo, es que en cada cigarro se encuentran muchas sustancias químicas. 200 de ellas son nocivas para el organismo por ejemplo: amoniaco, monóxido de carbono, nicotina, arsénico, etc. Además, posee radicales libres que dañan la salud. Un efecto directo del tabaquismo es dificultar la circulación sanguínea.
Por otro lado, la digestión comienza en la boca, allí el tabaquismo puede producir úlceras y enfermedad de las encías. En el estómago también causa úlceras debido a que aumenta la acidez. De igual forma, el cigarro debilita las válvulas digestivas, provocando que el contenido del estómago suba al esófago, esto se conoce como reflujo.
Así mismo, el tabaquismo también causa cálculos biliares y daño hepático, aumentando el riesgo de provocar Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crohn (inflamación del colon y tracto digestivo).
El tabaquismo está altamente vinculado al cáncer, pero no sólo al de pulmón o garganta, sino también al cáncer de colon (intestino) o estómago. También afecta el peristaltismo (ritmo al que funcionan los intestinos). Si bien, en un principio, el cigarrillo acelera el proceso digestivo, el cuerpo se va haciendo dependiente de él y paulatinamente afecta a esta función, provocando estreñimiento.
En conclusión, el tabaquismo se relaciona con los siguientes padecimientos digestivos:
Finalmente, el tabaquismo afecta a todos los órganos del sistema digestivo. Y cabe mencionar que los efectos negativos del tabaco son aún más graves en el caso del consumo de marihuana. Por todo eso y más, las personas no deben fumar.
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